El Dr. Paulo Pereira

El excelente músico y enorme compositor de pasodobles taurinos, António María Catalão Labreca -a quien un día habrá que hacer el merecido homenaje que le deben los llamados "agentes taurinos- nos recordaba hoy a todos sus amigos, a través del la red social de moda al respecto, el cumpleaños del Doctor Paulo Pereira. Y, lógicamente, no podemos pasar por alto tal circunstancia; no por el "bolo de aniversário" que el aniversariante tiene bien merecido, sino por todo lo mucho que es y representa quien fue uno de los mejores "agentes taurinos" que la Tauromaquia ha tenido en Portugal, desde su brillantísimo desempeño como director de Relaciones Públicas e Imagen de la entonces Monumental Plaza de Toros de Lisboa, amén de diversos y también brillantes desempeños anteriores en diversos planos divulgativos de la Fiesta de los Toros.

Han sido muy numerosas las felicitaciones recibidas, a través de las redes sociales, por el Dr. Paulo Pereira, al conocerse hoy su cumpleaños; tal es la gran cantidad de amigos que el referido se ha granjeado a lo largo de su vida. No podemos, así, por menos que sumarnos a ellas y desearle de corazón muchos años de felicidad y buena salud por delante. 

Paulo Pereira es todo un Señor, de los pies a la cabeza; y con mayúsculas lo de Señor.
Hemos tenido la suerte, en nuestra larga vida profesional, de conocer y tratar -en puestos de alta responsabilidad similar- a algunos personajes con la gran capacidad profesional que adorna al Dr. Paulo Pereira. Brillantes, más bien pocos -y es que no todos los que desempeñan funciones similares logran brillar, hay gran abundancia de medianías-. 
Entre esos pocos brillantes, alguno muy brillante, como lo es Paulo Pereira, quien fue un inmejorable director de Relaciones Públicas e Imagen del "Campo Pequeno", cuando eso era una monumental plaza de toros, recuperada con ejemplar obra de reconstrucción y que -además de conciertos de vez en cuando- ofrecía lo que justificaba su existencia : espectáculos taurinos en número suficiente para lo que es la capital de un país como Portugal. 
Hoy, de aquello como Plaza de Toros no queda más que el recuerdo a través de esas cuatro corridillas al año que se anuncian pero cuyos carteles oficiales aún ni siquiera se conocen. 
Y, por supuesto, a aquel Dr. Paulo Pereira enormemente brillante pero ejemplarmente discreto, enorme profesional -como la copa de un pino-, lo quitaron de en medio los nuevos "dueños" del recinto, ahora dedicado a la explotación del mismo como gran Sala de Fiestas y Conciertos de Lisboa... En eso ha terminado aquella Monumental Plaza de Toros de Campo Pequeno, aprovechándose por algunos el proceso de suspensión de pagos (insolvencia/falencia) que vivió la empresa que antes detentaba los derechos del recinto.

La figura de Paulo Pereira, como gran taurino que fue y es, merece en todo momento ser reconocida. Es de justicia hacerlo, en un mundillo donde la ingratitud es norma de conducta en no pocos agentes taurinos.  

EUGÉNIO EIROA.

P. S. ) A modo de ejemplo y de pequeño homenaje hacia el Dr. Paulo Pereira publicamos en otro apartado de esta TRIBUNA da TAUROMAQUIA, en la sección "Grande Reportagem", unos apuntes del personaje que nos ocupa, correspondientes al año 2013, en los que basó una recordada y brillante intervención suya, en una tarde-noche de otoño, en una sesión de la llamada "Tertúlia do Castelo de São Jorge", hablando sobre la temàtica de las "Esperas de toiros em Lisboa". 
Pueden acceder a ello, también, pulsando aquí.