Ya les hemos contado algunas veces que el gran mérito de nuestro querido amigo y excelente reportero que es José Canhoto, está en ponerse en la piel de quien es retratado por su cámara. Como gran aficionado taurino que es, como siente todos y cada uno de los momentos de las expresiones de la Tauromaquia, Canhoto acaba por captar instantes extraordinarios, décimas de segundo únicas... Porque ya me dirán si esta foto de un forcado, en uno de sus entrenamientos, agarrado al límite a la cabeza del morlaco que empuja con denuedo, en ese poder a poder que se resume en la imagen... ya nos dirán si no es una foto que merece realmente la pena, por lo mucho que expresa. Tanto que mejor es... dejarla que hable por si sola.