El próximo 1 de maio, en Cartaxo, se producirá el regreso de João Salgueiro... cavaleiro que -en su tiempo- tuvo mucho de genio, también de alocado y por momentos aislados decepcionante, pero genio al fin y al cabo en esto del Toreo a caballo.

La vuelta de Salgueiro es más simbólica que otra cosa. Como mucho podría torear media docena de corridas, ya a lo más, a lo largo de la temporada y para situaciones como la de Cartaxo, acompañando a su hijo, el prometedor Salgueiro da Costa.

Curiosamente, la vuelta de Salgueiro se produce delante de los toros Passanha. Esta ganadería (claramente Murube) es de las que prefieren las figuras... y estaría catalogada entre las de los toros nhoc-nhoc que un día definió muy bien João Salgueiro, en una entrevista con Miguel Alvarengas. La frase de los toros nhoc-nhoc quedó para la historia de la Tauromaquia portuguesa, como una crítica abierta de João Salgueiro (entonces en activo) hacia aquellos toreros que exigen toros de ese tipo para anunciarse en los carteles... Se supone que con la edad y ya fuera de la primera línea de la actividad taurina, a João Salgueiro le irán bien los toros nhoc-nhoc que se anuncian para el 1 de mayo en Cartaxo. No cabe pedirle heroicidades y que se anuncie con otro tipo de toros. Es lo razonable.

Y es que tras mostrar lo que mostró en su tiempo en las plazas, Salgueiro merece un respeto, de paso que levanta curiosidad su anunciada vuelta, por saber en qué condiciones en su desempeño como torero lo hará. Pero no hay duda : Salgueiro fue en sus temporadas en activo, aquella especie de Curro Romero a caballo al que siempre se le esperaba. Y que lo mismo ponía tres farpas y decía que se acabó y que aquello no daba para más, que la liaba con faenas memorables;  o como hizo aquella vez en Lisboa, lanzándose desde el caballo sin parar, como si fuese un proyectil, marchando hacia la cara del toro para provocar a este... Fue genial por momentos Salgueiro.

Recuerdo mucho una noche de verano, en que presencié una actuación memorable suya en la plaza de Setúbal. A la salida de la plaza pregunté donde habría algún bar abierto para tomar cualquier cosa fuera de horas...

--Es difícil, todo va a estar cerrado es la una y pico de la madrugada... Tal vez si lo intenta, en la carretera que va hacia Alcacer do Sal, allá, a la salida de la ciudad...

Allí me fui y allí caí. Era más bien un bar de mala muerte. Bocadillos de no sé que cosa y cervezas, a esas horas era todo lo más... Nos sentamos, a la espera de que nos sirviesen. Y cual no sería nuestra sorpresa, cuando vemos entrar por la puerta al mismísimo João Salgueiro.

Yo iba entusiasmado aquella noche con lo que había visto en la plaza de Setúbal, pero sobre todo en la actuación de João Salgueiro. Eran los tiempos -y las noches, como aquella- en las que triunfaba Salgueiro con dos caballos únicos, excepcionales en la historia del Toreo moderno. 

Aquel "Herói" de Salgueiro partía decidido en su viaje hacia la cara del toro y cuando estaba ya muy próximo a este, lo interrumpía, se clavaba allí... y la emoción tremenda se instalaba por décimas de segundo en quienes estábamos viendo aquello. Luego venía la resolución de la suerte, en un palmo de terreno, en una décima de segundo, y el alborozo del público puesto en pie tras ver lo que había visto. Aquel "Heroi" era un caballo único... único en su tiempo, porque luego, después, cayó en manos de Hermoso de Mendoza el caballo "Fuzileiro" (creo recordar que era de hierro de "Rio Frio") y con aquel lusitano, Pablo Hermoso pasó a hacer lo mismo que había hecho tiempo atrás el gran João Salgueiro...

Con "Isco", otro caballo de leyenda, João Salgueiro hacía a la perfección absoluta lo que los portugueses dan en llamar "recuar na cara do toiro"... Era un gran espectáculo ver evolucionar a Salgueiro en día inspirado, con ganas y con aquellos caballos de entonces. Caballos para colocar "ferros ao pitón contrario" que bien se podía decir que fueron únicos. Hicieron cosas -y de modo consistente- que otros equinos nunca lograron hacer con semejante perfección.

Aquellos de Salgueiro, "Herói", "Isco"... "Fuzileiro"; "Distinto" (con Paulo Caetano mejor llevado que con Rui Hipólito), nos llevan ya al recuerdo de muchos otros equinos portugueses que han hecho grande la historia del Toreo a Caballo : aquel "Gabarito" de los "ferros de frente" (de António Ribeiro Telles), el legendario "Ferrolho" (de João Moura), el inolvidable y tan querido por los públicos "Cagancho" (de Hermoso de Mendoza), el "Importante" (de Rui Salvador)...

¡Uff, qué tiempos!. Pero estaba yo sentado en aquel bar casi a media luz, en la carretera de Setúbal para Alcácer do Sal, cuando por la puerta entró João Salgueiro quien, al vernos y ver lo que estábamos consumiendo, más menos dijo :

--Ponha para nos o mesmo que estão a consumir estes senhores...

Acto seguido, me aproximé a el, le saludé, le felicité por lo que habíamos visto y le invité a sentarse con nosotros... Lo hizo con el mayor agrado y afabilidad, bien lo recuerdo. Y nos tiramos casi una hora allí hablando de toros y cavaleiros.

No pude por menos que decirle que... si no se malograba, el podía ser un genio del Toreo. A lo que nuestro hombre dijo :

--Faz-se o que se pode...

Yo no sé realmente en qué sitio debo poner a Salgueiro entre los grandes toreros a caballo de todos los tiempos. Pero para mi está entre lo mejorcito. No tengo la menor duda, viendo lo que vi aquella noche en Setúbal y en no pocas veces más en que le vi actuar en su tiempo...

Hoy, qué duda cabe, ante esta su vuelta del 1 de mayo en Cartaxo, no puedo por menos que recordar con nostalgia aquellos años y aquellos sus éxitos. Momentos bohemios aparte, Salgueiro fue en cierta media un gran genio del Toreo a Caballo. Las cosas como son...

Así es, si así os parece.

EUGÉNIO EIROA


P. S. / Jesus Lourenço, integrante del Club de Amigos de la TRIBUNA da TAUROMAQUIA IBÉRICA nos contaba aún hace un año, cómo "O "Herói, extraordinário cavalo da quadra de João Salgueiro!, infelizmente, veio a partir a mão na Palha Blanco. Eu assistia à corrida imediatamente atrás do seu avô, Mestre Dr. Fernando Salgueiro, e o valoroso cavaleiro de Valada saiu com nova montada derigindo-se resoluto e pleno de atitude de grande toureiro, brindou o resto da lide ao grande Senhor, seu avô, dizendo : 
- avô, esta tragédia não nos deita abaixo (poderá a frase nao ser textualmente esta, mas o sentido está expresso)
E o João, com ganas de toureiro de mão cheia, sacou um dos seus grandes êxitos aquel dia!