"Victorino" echa una corrida para la historia del Toreo en Cali (Colombia)
El éxito de esta grandiosa corrida de toros mereció ser el tema más destacado en la portada de "El Pais", uno de los dos diarios más importantes de Colombia |
Por Eiroa Franco
Salieron en hombros los dos toreros y el ganadero -este, también, con todo merecimiento-. La "corrida histórica" -eso dicen en Colombia- de Victorino Martín es de la que marcan para siempre una Feria, en este caso la de Cali, en el país colombiano, que cerró así en apoteósis autèntica un ciclo taurino que reaparecía en el tiempo de pandemia y que -en lo artístico- ha resultado un enorme éxito y en la asistencia de público, para los tiempos que corren, francamente aceptable.
Plaza de toros de Cañaveralejo, Cali. Última corrida del abono de la Feria del Señor de los Cristales. En tarde-noche de temperatura amena, las gradas registaron unos tres cuartos de aforo cubiertos. Se lidiaron toros de Victorino Martín, en general de muy buen resultado. Hasta el extremo de que el primero llamado ‘Ordenante’, el tercero llamado ‘Hebijóm’ y el cuarto denominado ‘Cobrador’, fueron con toda justicia premiados con la vuelta al ruedo y arrastre lento. Para uno de ellos, parte de la plaza pidió el indulto que el portugués Ferreira Paulo, presidente de la Feria, no estimó oportuno conceder.Mano a mano :
EMILIO DE JUSTO, dos orejas, dos orejas y rabo y oreja.
Cinco orejas y un rabo para Emilio de Justo, cuatro orejas para Luis Bolívar y tres toros de vuelta al ruedo son... demasiado para el cuerpo. Los aficionados que asistieron a este corridón que en Cañaveralejo echó el heredero del Victorino... salieron de la plaza toreando y se han convertido en horas en auténticos apóstoles de la tauromaquia, por los cuatro rincones de sus respectivos lugares de procedencia en Colombia, la mayoría de la ciudad de Cali, claro está. No se habla de otra cosa en Colombia en los medios taurinos, pero es que en la prensa generalista ha merecido el asunto portada y en uno de los periódicos más importantes de Colombia, "El País", donde lo que iba sucediendo en la feria de Cali merecía todos los días foto y titular en la portada, este 31 de diciembre es cabecera total en portada, lo más destacado de lo mismo, situado justamente bajo el membrete del gran diario colombiano. Más no se puede pedir, la tauromaquia ha vuelto con fuerza en el tiempo de pandemia y este exitazo de la Feria de Cali merece ser tenido muy en cuenta.
‘Ordenante’, el primer toro de Victorino Martín, resultó excelente. Luis Bolívar lo engrandeció con el capote y construyó una gran faena con la muleta. Excelentes series con ambas manos, con el toro repitiendo y siguió la muleta con fijeza y calidad más que notable. Una estocada de Bolívar le supuso cortar las dos orejas y el clamor del público pidiendo para el toro que se le diese la vuelta al ruedo.El segundo de Bolívar, tercero de orden, fue un astado que peleó notablemente en varas y al que el torero colombiano supo dar su sitio en todo momento, realzando la figura del toro con la faena que le estaba haciendo. Eso habla muy bien en favor del torero, preocupado por entender de un modo perfecto las condiciones del animal, al que administró muletazos de hondura y clase, los propios de una enorme faena rubricada con otra gran estocada que le supondría nuevamente cortar dos nuevas orejas, mientras para el toro volvía a pedirse la vuelta al ruedo, no sin que antes cientos de espectadores pidiesen abiertamente el indulto que el presidente no concedió, por lo que el torero acabó por despachar a este buen animal.
Lidiaría Luis Bolívar también el quinto de orden en esta noche grande para siempre de Cali. Pero... ya hubiera sido demasiado si llega también a salirle el toro con el que soñaba. Este quinto del día fue complicado, buscaba, en nada válido para poder instrumentar una faena como las hechas con los anteriores morlacos. Bolívar hizo lo que pudo y... no tuvo opciones.
Llegaba Emilio de Justo a esta corrida cumbre de los Victorinos en plena forma tras su gran actuación en Cali también esta misma semana. Y se topó con un toro, el segundo en el orden de lidia, excelente, aunque en el más puro "encaste victorino" : un astado que pedía del primer minuto al último los papeles y ante el que no podía dudarse un solo instante. Y claro, siendo Emilio de Justo quien lidiaba, el que no tuvo opciones fuere el toro, al que Emilio sometió con técnica, poderío y enorme valor. Increíble el grado de perfección que acabó Emilio de Justo haciendo entrar al toro en su muleta. Un pinchazo, una gran estocada y dos orejas más que merecidas que hubiesen sido también un rabo si la estocada fuese a la primera.
Otro gran toro en la noche caleña fue el cuarto que también correspondió a Emilio de Justo. Aquel toro avioncito (en razón a sus planeos), sirvió a Emilio para instrumentar una faena con cadencia, con hondura, con transmisión en todo momento -la misma que el toro ofrecía en sus embestidas-, con el temple por bandera que tanto llegó, otra vez a los graderíos de Cañaveralejo. Obra maestra, otra más de Emilio de Justo, premiada con las dos orejas y el rabo, con todo merecimiento. Y vuelta al ruedo con arrastre lento para el toro.
El toro que cerró la feria sería igualmente interesante, cumplió en el tercio de caras, donde recibió dos -algo que ya nos parece extraordinario hoy en día- y aún parecía algo crudo para el tercio final de muleta. Pero Emilio de Justo se bastó para darle lo que el toro merecía. Faena interesante, para verdaderos aficiondos, aunque no calase tan hondo como las anteriores del torero extremeño, de modo que acabó siendo premiado esta vez con una oreja.
Página dedicada a esta gran corrida en "El País" |