Faltan apenas unos días de nada para las elecciones municipales en Portugal.

En el caso de Lisboa, la coalición de los socialistas de Medina con los presuntos liberales del Livre ya anunció, a través de su programa electoral, que quiere acabar con las corridas de toros en la capital portuguesa.

Bien... ¿qué han hecho los colectivos del Mundo Taurino portugués para alzar su voz y hacerse notar en esta campaña electoral que estos días se desarrolla por calles y plazas de Lisboa?... ¡Nada!.

Ya es triste ver la Plaza de Campo Pequeno -una plaza de toros hecha y derecha- en manos de un promotor de conciertos al que solamente le interesan los eventos musicales y afines. Ha caído el local en manos de una empresa así... que luego, arrienda unas pocas fechas sueltas a un empresario taurino que apareció por la puerta... Así se cubre el expediente por el concesionario de Campo Pequeno -si es que estuviese obligado legalmente a hacerlo- de dar al menos unas corriditas de toros al año, de modo que se cumpla con el espíritu de los orígenes y propiedad de la plaza.

Lisboa está sumida, taurinamente, en la desgracia. Está condenada a vivir de las migajas que le echen en el plato al empresario taurino que pase por la puerta del señor que ahora explota el recinto -con todas las de la ley, por cierto-.

Pero Lisboa, aún, puede perder lo poco que tiene si el domingo que viene, de las urnas sale un Gobierno PS-Livre, presidido por el tal Medina, que aspira a ser el enterrador de la Tauromaquia en la capital de Portugal. Y puede, facilmente, que eso suceda... porque al tal Carlos Moedas, candidato del PSD (la alternativa real a Medina) le dan los encuestadores como con pocos boletos para ganar y gobernar...

Pero si esto sucede, si este domingo salen elegidos los que quieren cargarse la Tauromaquia en Lisboa, no serán ellos los culpables de que los Toros desaparezcan para siempre del Campo Pequeno lisboeta. Habrán sido los propios agentes taurinos, los mismos aficionados también, que... NO HAN MOVIDO un dedo en esta campaña electoral -por ejemplo- para apretar a Medina y a su socio cooperador y sacarles los colores a la cara. Por tanto, estamos ante "el que calla, otorga". Y siendo esto así, habrá que convenir que los sepultureros de la Tauromaquia no son Medina&cía. Son los propios taurinos que viendo la amenaza presente, no han movido un dedo para parar los pies a quien correspondía. 

E. E.