La Covid silencia los clarines... no nos engañemos : están celebrándose corridas, ha vuelto la actividad pero... todo está bajo mínimos. Quien crea lo contrario, está en craso error. Y como en apunte anterior dijimos : los ganaderos están llevándose la peor parte de esta crisis. En 2020, solo se lidiaron en festejos reglados 918 reses, 6.282 menos que en el año 2019; mientras que la suspensión de los festejos populares dejó en el campo más de 5.000 animales. Así, según la Unión de Criadores de Toros de Lidia (UCTL), las pérdidas de los criadores de reses bravas el pasado año superaron los 120 millones de euros en España.


Decía hace pocos días Jaime Amante y lo repetía casi en la misma fecha, el Diario de Ávila :  "si hay un mantra que se sabe de memoria cualquier aficionado a la Tauromaquia es aquel que hace referencia al considerado como día más taurino del año: «Quien no se viste de luces el 15 de agosto no es torero». Y es que, una vez que arranca el verano, la temporada empieza a tomar velocidad para acabar por explotar en el octavo mes del año, especialmente en las jornadas cercanas a la festividad de la Virgen". 

Pero la realidad es que la pandemia de coronavirus sigue presente, a pesar de la relajación de la quinta ola, lo que vuelve a marcar, por segundo año consecutivo, las jornadas en las que tradicionalmente se agolpan más citas cada curso.

Algo más de 100 festejos mayores -entre corridas de toros, novilladas con picadores y rejones- estaban anunciados para el mes de agosto en España, aunque el número podría crecer casi sobre la marcha ya que, debido precisamente a la crisis sanitaria, algunos carteles se están oficializando apenas unos días antes de su celebración, pendientes de que mejoren las medidas vigentes en ese momento en cada región, especialmente las que marcan el aforo de las plazas. 

Eso sí, cabe reconocer -tal y como destacaba el Diario de Ávila en un reciente informe- que ese centenar de citas taurinas supone un incremento muy notable respecto a 2020, cuando por las restricciones de la COVID solo tuvieron lugar un total de 29, pero sin llegar aún a las cifras de 2019, que en este mes de agosto se registró en España y Francia hasta 237 espectáculos mayores.

Precisamente, las restricciones que aún se mantienen, y que varían entre comunidades, son las culpables de que este despegue en los número sea menor de lo esperado. El ejemplo más claro se da en el País Vasco, donde el Gobierno regional había puesto como límite, en el mejor de los escenarios, 5.000 personas en los tendidos. Actualmente, sin embargo, solo permite el 20 por ciento de la ocupación en casi todo su territorio por lo que la Casa Chopera -regente de las plazas de San Sebastián y Bilbao- ha decidido no organizar ni la Semana Grande donostiarra ni las Corridas Generales bilbaínas. También en Euskadi ya se cayó un clásico del verano, el abono de Azpeitia (Guipúzcoa), que se celebra en torno a la festividad de San Ignacio (31 de julio). Lo mismo sucedió en Pontevedra donde los hermanos Lozano ya a primeros de julio anunciaron que por segundo año cosecutivo no habrá feria...

Del mismo modo, y también por las restricciones de aforo, tampoco se celebrará este mes de agosto la feria de Huesca, mientras que Málaga verá reducida su feria a la mitad. Por su parte, la Monumental de Las Ventas, abierta solo tres tardes este año y a la espera de la Feria de Otoño, permanecerá cerrada, a pesar de que el 15 de agosto, festividad de la Virgen de La Paloma, era uno de los más tradicionales del coso de la capital.

Es curioso realmente, tal y como destaca el interesante informe de días pasados en el Diario de Ávila, que "la ausencia de abonos en grandes capitales durante agosto ha trasladado el foco a municipios más pequeños, donde este mes aparecen anunciados grandes figuras, como ocurre en El Espinar (Juli, Ventura, Manzanares, Roca Rey...), Guijuelo (Perera y Pablo Aguado), Roa de Duero (Diego Ventura), Calatayud (Morante), Tomelloso (Juli y Manzanares), Illescas (Perera), Cuéllar (Ventura)... Algunos de estos nombres aparecen también en municipios que no son capitales, como Linares o Colmenar Viejo, pero se trata de plazas históricas donde siempre han comparecido las figuras", resalta el diario abulense.

A la espera de una deseada relajación de las medidas antri-covid, el impacto económico de estas dos campañas taurinas, una casi sin nada, la otra a medio gas, se nota en las localidades que se han quedado sin ferias o han visto disminuir sus citas. Y es que la Fiesta, en todas sus vertientes, aporta dinero a las ciudades. Lo dicen las cifras. 

Los últimos datos aportados por la Asociación Nacional de Organizadores de Espectáculos Taurinos (ANOET) se remontan a 2017, cuando se celebraron 19.882 festejos taurinos de toda índole en España, con un impacto económico nacional de 4.500 millones de euros o, lo que es lo mismo, un 0,36 por ciento del PIB. En cuanto al trabajo, según la patronal taurina, la Fiesta creó ese año unos 57.000 empleos directos y casi 200.000 indirectos.