Los responsables de la ganadería de Domingo Hernández, muy amablemente, nos han explicado en la Net (a propósito del lío -artificialmente creado- de los nombres de los toros por la alcaldesa de Gijón) con detalle, a través de un interesante artículo, cómo y por qué del procedimiento habitual que se sigue en las ganaderías. Leamos con atención :



"Podéis preguntaros qué es esto. Es parte de un árbol genealógico de una vaca que se ha reproducido generación tras generación. He pasado muchos días bautizando becerras aprobadas en los tentaderos.
Procuraba poner el nombre de su madre o de su abuela. De alguna tía o alguna prima que había sido baja en esa temporada. Tenía más de 1000 vacas madres y no podía repetir ningún nombre.
Eso sí, tenían que tener relación con los nombres de la familia de la que procedían. Siempre por parte de madre. Se me acababan los sinónimos y los campos semánticos.
Era toda una búsqueda en nuestro extenso castellano, en el que al burro le podemos llamar asno y al asno, pollino.
Sustantivos que aplicaría a más de un político que entre otras cosas saca punta (Sacapuntas es una de mis vacas) al nombre de dos toros y trata de cambiar sustantivos para que el género masculino o femenino sean lo mismo.
Me encanta que la vaca Actriz tenga un hijo Actor cada año.
Y si es Amapola el hijo sigue siendo Amapola y nunca Amapolo.
Los ganaderos del bravo defendemos el idioma de Cervantes y lo respetamos. Valoramos su riqueza pues necesitamos muchos sinónimos, para identificar nuestras familias de madres de la ganadería.
Cuando se trata de campos semánticos se acaban los cereales (Avenera, Triguera, Cebadera …).
Si son instrumentos musicales se me acaban los de viento, percusión y cuerda. Si son flores acabo con los jardines de medio Mundo. Y cada vez que un toro salta a la plaza, su nombre me recuerda a alguna de mis vacas pues tengo todos los nombres “trillados”.
Esa tarea de bautizar becerras nos hace más cultos y más conocedores de nuestro idioma.
Yo no tengo ninguna Feminista, extraño en mi. Pero si tengo Comunista, Islamista, Budista y Católica.
Nigeriana no tengo; pero tengo Francesa, Alemana, Germana, Lusa y muchos más gentilicios de todo el mundo.
A veces creo que después de las vueltas que he dado al Español sacaría Matrícula de Honor en Lengua y Literatura.
Solo pido respeto por nuestra ganadería y por la riqueza artística e intelectual que enmarca la Tauromaquia".
La ganadería salmantina de Domingo Hernández tiene sus tierras cerca de Vitigudino y al lado de la aldea de Traguntia. Una preciosa dehesa salmantina que Domingo Hernández adquirió en 1995 y que perteneció anteriormente al inolvidable torero Santiago Martín El Viti.