Han vuelto. Es algo superior a sus fuerzas. Cogen el spray y enmierdan lo que se les pone por delante. Unos, lo hacen con los trenes, por ejemplo, pintando esos grafittis lamentables, embadurnando paredes, fachadas... con inscripciones que solo ellos entienden y que desgracian los elementos por ellos pintados.

Luego hay los otros : los anti-taurinos, los fundamentalistas, estos lo hacen con más saña. Porque los anteriores, al menos, no van contra nada en especial -aunque daño hacen- sino para mostrar sus habilidades pictóricas que son de auténtico desastre y dolor para la vista de quien repara en esas mamarrachadas. Pero estos otros, los anti-taurinos, estos actúan con saña, con odio, con visceralidad redoblada, con evidente incontinencia... y arrasan con todo lo que les suene a Tauromaquia. 

En ello se incluye el ir por ahí, vandalizando los carteles taurinos, los anuncios, los reclamos... sacan de spray rojo y allá van. Llevamos años viendo esto, ciertamente, lo que acredita que está tropa de impresentables actúan en la mayor impunidad. Nadie les echa mano... y en la repetición de la jugada a cargo de estos antisociales está el gusto... Seguirán, claro que sí. Razón de más para que los aficionados acudan a las plazas y manifiesten con su condición de adeptos de la Tauromaquia, el rechazo inherente, a acciones violentas y/o detructivas de este tipo.

Esta vez le ha tocado a Arruda dos Viños y su Feria Taurina... mañana serán otros. En España y Portugal campan a sus anchas y aquí no pasa nada. ¿Hasta cuándo?.