"Una cultura, pero una cultura para las élites. Que, por definición, deja de serlo para convertirse en un producto consumido por bolsillos pudientes. Una cultura que excluye a las economías más débiles y a las jóvenes por los precios de las entradas. Esta son algunas de las conclusiones de un estudio que el Ministerio de Cultura encargó al catedrático de Economía Aplicada de la Universidad de Barcelona, Vicente Royuela. El estudio tiene aún buenas noticias para el toreo: el 28,5% de los españoles afirma que están interesados en él. Pero las conclusiones de este concienzudo análisis coinciden de pleno en toda la línea editorial de Mundotoro, al tiempo que se desmarcan de los actuales gestores del toreo. Por ejemplo, relaciona directamente el descenso más acusado de festejos y de localidades taurinas con la España Vacía, algo que empresas y toreros escuchan como el eco molesto de un moscardón. Además, concluye que, desde la crisis de 2008, el toreo no ha solucionado sus problemas económicos y sociales.

En este estudio, Royuela ha tenido en cuenta variables como el PIB de cada zona de España, datos de poblaciones, estadísticas de este medio desde 2006 y las oficiales, distribución territorial, contextos políticos…, y las conclusiones son agridulces, en unos casos, y vergonzosas en otros, pues la negatividad de presente y futuro no está en otro lugar que en la pésima gestión socioeconómica de la Fiesta. Porque, a pesar de todo, el toreo tiene a once millones de españoles interesados en él. Con la otra cara. Apenas la mitad ha podido asistir a una corrida de toros por los precios de las entradasLa media de edad supera los cuarenta años con nivel educativo alto, en tanto que sectores más jóvenes o de menor nivel sociocultural, tienen el mismo interés por los toros, pero no pueden acceder al mismo. No porque se lo prohíba, sino porque no tienen posibilidad económica..."

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